julio 31 2020 0Comment
Persona revisando su teléfono

Las noticias falsas y la desinformación, enemigos en común que debemos evitar

Las noticias falsas están por todas partes, su contenido suele ser tan escandaloso, controvertido y a veces hasta sorprendente que nos hace fijarnos en ellas y compartirlas sin pensarlo dos veces; sin antes analizar la información y comprobar su veracidad. Las noticias falsas son como un virus, se vuelven virales a pesar de no ser ciertas, y difundirlas puede traer consecuencias muy graves.

Como ya sabrán, la información es un arma bastante poderosa y de doble filo, porque puede que cumpla su papel principal que es el de informar o educar, o para generar rumores e inventar falsos testimonios de una persona o empresa en particular y desinformar a la población. Es importante recordar que con la información también se crean corrientes de opinión y ante esto se llega a posicionar a las personas a favor o en contra, ya sea de movimientos, actividades, culturas, enfermedades, industrias, gobiernos, descubrimientos y decisiones específicas.

Por lo que al “jugar” con esa información y deformarla a su conveniencia para crear una noticia falsa y desinformar, es cuando se generan conflictos internacionales, cuando se destruye la reputación de una empresa o se difama a una persona. Por otro lado, las personas pueden inventar rumores de actos violentos o escenarios inimaginables para divertirse o para crear pánico, por lo que hay que ser lo suficientemente cauteloso para no caer en la trampa.

Tal es el caso, que actualmente en conjunto a la pandemia del covid-19, se ha generado una “desinfodemia”, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “una sobre abundancia de información, algunas veces precisa, otras no, que dificulta que las personas encuentren fuentes fidedignas y orientación confiable cuando la necesitan”; como por ejemplo, las relacionadas a la pandemia, a los tratamientos o mitos y verdades del contagio.

Debido al desarrollo tecnológico, al internet y las redes sociales, las noticias falsas y la desinformación, ya sea en relación con la pandemia o a cualquier otro tema, están al alcance de millones a la velocidad de un parpadeo. Estas noticias se crean y se esparcen con mucha facilidad, según el estudio “La difusión de noticias verdaderas y falsas en línea” (2018) del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), las noticias falsas tienen un 70% más de probabilidades de ser replicadas. Y el riesgo aumenta conforme se desarrollan nuevas herramientas, como la Inteligencia Artificial (IA), para generarlas y difundirlas. Los deepfakes, por ejemplo, representan ahora una amenaza contra la verdad.

Los deepfakes son imágenes, videos y audios falsificados por medio de una técnica de inteligencia artificial, con algoritmos de aprendizaje no autorizados conocidos como RGAs, que representan a personas, lugares o eventos reales de manera perjudicial. Su uso puede aumentar la probabilidad y efectividad de intentos de extorsión y chantaje. Así que, si uno como empresa considera que se puede ver afectado por esto, resulta imprescindible contar con procesos para verificar los deepfakes. Entre ellos, un software de escucha para monitorear la presencia en línea de la marca, el cual permite conocer de un posible deepfake en tiempo real.

Con todo esto llegamos a la conclusión, de que primero, el periodismo tiene un papel fundamental en esta situación. Cuando el periodista realiza una investigación profunda para que los datos que uno lea sean verídicos y estén actualizados, no tiene precio. El periodista está cumpliendo con su papel de ciudadano responsable cuando su dogma es la verdad.

Segundo, lo que nosotros debemos hacer para evitar la propagación de notas falsas es convertirnos en usuarios responsables y aplicar nuestro sentido común. Es importante que aclaremos nuestras dudas y aprovechemos el uso correcto de las herramientas tecnológicas como lo son las páginas web que se dedican a detectar este tipo de información falsa. Algunas de estas son: News Literacy Project, Snopes, Fact Check y PolitiFact. La búsqueda inversa de videos o fotografías en Google y Yandex también funciona, solo hay que ingresar a images.google.com o a yandex.com y agregar la imagen o sección del video que se desea identificar para luego confirmar en dónde se ha publicado con anterioridad.

Hay que activar nuestro sexto sentido, buscar los datos en medios de comunicación confiables y fuentes registradas. Que la información que leamos o escuchemos sea interpretada con relación a nuestra realidad, con responsabilidad y sensatez. La clave está en revisar, hasta tres veces si es necesario, las fotografías, los datos o videos que veamos, y si no estamos seguros lo mejor es que ni pensemos en compartirlos.

Para finalizar, te dejamos estos consejos para que los tomes en cuenta y así comprobar la veracidad de la información que se te presenta día con día.

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